DE CIRCO
“El circo de la vida”
Si no me equivoco, era la vigésima vez que veía el mismo espectáculo, después de 20 funciones permanecía sentado donde mismo, ya reconocía la butaca, la señorita de la taquilla ya me saludaba con cierta familiaridad, ya no se sorprendía cuando le guiñaba el ojo al instante que no me regresaba el cambio correcto.
Parecía que era ya una monotonía, el show duraba escasos 85 minutos, con un intermedio 300 segundos, los cuales aprovechaba para ir al baño, y rellenar mi vaso con refresco de cola. Regresaba a mi lugar justo cuando anunciaban la tercera llamada, esa era la parte que me encantaba, fascinaba y disfrutaba más, ya que la sensación del circo era Lulú (la payasita más ingenua y linda del mundo), y como en cada ocasión seleccionaba a tres personas del público, para pasar al escenario y hacer con Lulú parte de la rutina. En esta ocasión tenia la esperanza de que podía ser yo, quien subiera y estar aunque sea unos momentos con ella.
Estaba dispuesto a todo, ya que era la penúltima presentación del circo, y mi última oportunidad de ser uno de los que tuviera la oportunidad de bailar, reír, cantar, inclusive tomarme la fotografía del recuerdo.
Me estaba comiendo la uñas de los nervios, mientras abrían el telón, ya que si no era ahora nunca iba ser. Pero cual fue mi sorpresa, por cierto muy desagradable e imperdonable, (la recuerdo como si fuera ayer)
El maestro de ceremonias anuncio, con la voz cortante y temblando en cada palabra: “señores y señoras, niños y niñas, les tengo que informa que el día de hoy el show cambiara, la logística que seguía en el programa de mano, se cancela, Lulú no hará el espectáculo el día de hoy, tuvo un problema, un problema, un problema...
En ese instante, la voz off: dice, El circo OPE le agradece su comprensión y les da las gracias por haber asistido.
Como yo estaba sentado en la tercera fila, y no me pareció correcto lo que paso, al maestro de ceremonias le avente las palomitas que me quedaban, junto con mi soda, y una goma de mascar, que me acababa de introducir en la boca, y furioso me dirigí con pasos gigantescos ala área de los camerinos, (no sabía exactamente adonde dirigirme) Pero iba con un fin en mente, sin darme cuenta, me encontraba caminando donde mismo, dando vueltas sin sentido. No se si fue el destino, el karma o que se yo, que enfrente de mi, a escasos 5 metros, estaba ella, de espaldas, la identifique de inmediato, no estaba alucinando, era Lulú...
Me acerque, mi latidos del corazón aumentaron, con mi mano derecha le agarre el hombro, ella volteo, yo retire mi mano, y cuando me miro, me quede perplejo, ya que no era la misma que había visto arriba del escenario todas las noches anteriores, aunque tenia su peluca de mil colores, estaba distinta, su mirada era diferente, le escurría una lágrima la cual limpio en seguida, con su guante de color violeta. Me dijo –Hola- y me susurró en el oído –en donde te pongo el autógrafo-
